Colonialismo en África
Mientras los países americanos logran su independencia y Asia presenta colonias en zonas delimitadas (Rusia en el norte, Japón, China y Estados Unidos por el este, y Francia e Inglaterra por el sur), Africa es el continente que despierta las apetencias colonizadoras de las grandes potencias en el siglo XIX. En él confluyen ingleses y franceses; belgas, alemanes, italianos, españoles y portugueses. En 1880 era un continente desconocido; en 1914, estaba totalmente repartido entre las potencias europeas y sólo sobreviven dos países independientes: Libia y Etiopía. Algunos aspectos interesantes de destacar en el intrincado proceso de colonización son los que se mencionan a continuación.
1.- Ocupación de la costa: Las ocupaciones se inician en la costa, para avanzar al interior con el objetivo final de llegar a la costa opuesta y fundar un territorio continuo, lo que no se cumplió en caso alguno (aunque Inglaterra casi lo logra de norte a sur y Francia y Portugal de este a oeste).
2.- Aspecto legal: La conferencia de Berlín señala que es la ocupación efectiva del territorio, y no su descubrimiento lo que otorga el derecho de explotar el país ocupado. Se acelera entonces la colonización de otras potencias.
3.- Penetración por los valles de los ríos: Con la ocupación del valle, se considera que se tiene derecho a ocupar la cuenca entera y a la formación de la colonia sobre ella. Tal caso se da en el Nilo, el Congo y el Níger. Se acelera entonces la colonización de otras potencias.
4.- Ocupación paulatina y lenta: Al principio no se piensa en la colonización propiamente tal, sino en la formación de factorías costeras como bases de aprovechamiento. La doctrina imperialista se forma de manera tardía, cuando las colonias se han asentado.
5.- Punto estratégico: La clave de la ocupación africana está en Egipto y en el Valle del Nilo; entre ingleses que lo defienden y los franceses que quieren llegar a él.
La costa mediterránea es ocupada por Francia, a partir de 1830, bajo el reinado de Carlos X. En 1870, en Argelia había 250.000 franceses, mientras que en 1914, esa cifra había aumentado a 800.000. Sobre Túnez se volcaba el interés de Francia e Inglaterra; después de la construcción del canal, también el de los alemanes. Se establece el protectorado, en el Tratado de Bardo de 1881, lo que permite una ocupación militar temporal y la imposibilidad de autogobierno para el protegido, según la convención de La Marsa, en 1883.
En 1878, Egipto no puede pagar los intereses de las acciones inglesas y francesas del canal y se ve obligado a confiar su gestión financiera a las dos grandes potencias Un movimiento nacionalista provoca la matanza de europeos, lo que sirve a Inglaterra de excusa para desembarcar tropas y ocupar el país, aunque éste mantuviese la administración. Los ataques de los sudaneses obligaron a los ingleses a avanzar hacia el sur, a lo largo del valle del Nilo.
En las costas occidentales tres ríos señalan la penetración de tres países: por el Congo se expansionan los belgas, que heredan los derechos de la sociedad internacional, presidida por Leopoldo II. La complejidad de la colonización en esta zona provoca la convocatoria del Congreso de Berlín, en 1885,que determina la existencia de un Estado libre del Congo, aunque bajo tutela belga. Además, se delimita la zona francesa y se establece una zona internacional. Por otra parte, los franceses remontan el Senegal y los ingleses el Níger.
Salisbury y Bismarck se dividen en 1886 la tierra firme: el norte para los ingleses y el sur para los alemanes, acuerdo establecido en virtud del interés alemán en la zona y la necesidad de los ingleses de defender sus bases en Zanzíbar.
Los italianos, al mando de Francesco Crespi, desde el puerto de Massaua en el mar Rojo se expansionan hacia Eritrea y posteriormente hasta Etiopía. Se le reconoce el derecho sobre Somalia, como compensación.
Los últimos capítulos de la conquista africana se localizan en el Nilo, cuando los franceses, con apoyo ruso exigen la retirada de los ingleses, mientras penetran hacia Chad. En 1895, Inglaterra previene a Francia de un avance al Nilo. Todavía existe una zona sin ocupar, Sudán. Los ingleses la invaden para ayudar a los italianos derrotados en Eritrea. Francia avanza al Sudán desde el oeste, Inglaterra desde el norte y el sur, encontrándose en Fachoda. Entonces Francia se retira y deja el control en forma exclusiva del valle del Nilo a Inglaterra, quien logra un imperio casi continuo desde El Cairo a El Cabo, únicamente interrumpido por el África Oriental Alemana.
África ha sido repartida; Inglaterra ha controlado las zonas más preciadas, el Nilo y el Sur, Francia ha hecho lo mismo con la costa occidental. Portugal ha establecido dos colonias en ambos océanos (Angola y Mozambique), pero no los ha podido unir ya que los ingleses los frenan en Rodhesia, tal como a Francia en Fachoda. Son los cruces entre un imperio que va de norte a sur y otro que va de este a oeste.
África fue repartida, también, entre España, Bélgica, Alemania e Italia.
Al comenzar el siglo XX sólo quedaban dos naciones independientes: la pequeña república de negra
de Liberia, en la costa noroeste, formada por ex esclavos liberados por la guerra de secesión de los Estados Unidos, y el imperio de Abisinia, en el noroeste. Debido a los movimientos de emancipación de los pueblos de África, la división política de este territorio varió fundamentalmente.
Mientras los países americanos logran su independencia y Asia presenta colonias en zonas delimitadas (Rusia en el norte, Japón, China y Estados Unidos por el este, y Francia e Inglaterra por el sur), Africa es el continente que despierta las apetencias colonizadoras de las grandes potencias en el siglo XIX. En él confluyen ingleses y franceses; belgas, alemanes, italianos, españoles y portugueses. En 1880 era un continente desconocido; en 1914, estaba totalmente repartido entre las potencias europeas y sólo sobreviven dos países independientes: Libia y Etiopía. Algunos aspectos interesantes de destacar en el intrincado proceso de colonización son los que se mencionan a continuación.
1.- Ocupación de la costa: Las ocupaciones se inician en la costa, para avanzar al interior con el objetivo final de llegar a la costa opuesta y fundar un territorio continuo, lo que no se cumplió en caso alguno (aunque Inglaterra casi lo logra de norte a sur y Francia y Portugal de este a oeste).
2.- Aspecto legal: La conferencia de Berlín señala que es la ocupación efectiva del territorio, y no su descubrimiento lo que otorga el derecho de explotar el país ocupado. Se acelera entonces la colonización de otras potencias.
3.- Penetración por los valles de los ríos: Con la ocupación del valle, se considera que se tiene derecho a ocupar la cuenca entera y a la formación de la colonia sobre ella. Tal caso se da en el Nilo, el Congo y el Níger. Se acelera entonces la colonización de otras potencias.
4.- Ocupación paulatina y lenta: Al principio no se piensa en la colonización propiamente tal, sino en la formación de factorías costeras como bases de aprovechamiento. La doctrina imperialista se forma de manera tardía, cuando las colonias se han asentado.
5.- Punto estratégico: La clave de la ocupación africana está en Egipto y en el Valle del Nilo; entre ingleses que lo defienden y los franceses que quieren llegar a él.
La costa mediterránea es ocupada por Francia, a partir de 1830, bajo el reinado de Carlos X. En 1870, en Argelia había 250.000 franceses, mientras que en 1914, esa cifra había aumentado a 800.000. Sobre Túnez se volcaba el interés de Francia e Inglaterra; después de la construcción del canal, también el de los alemanes. Se establece el protectorado, en el Tratado de Bardo de 1881, lo que permite una ocupación militar temporal y la imposibilidad de autogobierno para el protegido, según la convención de La Marsa, en 1883.
En 1878, Egipto no puede pagar los intereses de las acciones inglesas y francesas del canal y se ve obligado a confiar su gestión financiera a las dos grandes potencias Un movimiento nacionalista provoca la matanza de europeos, lo que sirve a Inglaterra de excusa para desembarcar tropas y ocupar el país, aunque éste mantuviese la administración. Los ataques de los sudaneses obligaron a los ingleses a avanzar hacia el sur, a lo largo del valle del Nilo.
En las costas occidentales tres ríos señalan la penetración de tres países: por el Congo se expansionan los belgas, que heredan los derechos de la sociedad internacional, presidida por Leopoldo II. La complejidad de la colonización en esta zona provoca la convocatoria del Congreso de Berlín, en 1885,que determina la existencia de un Estado libre del Congo, aunque bajo tutela belga. Además, se delimita la zona francesa y se establece una zona internacional. Por otra parte, los franceses remontan el Senegal y los ingleses el Níger.
Salisbury y Bismarck se dividen en 1886 la tierra firme: el norte para los ingleses y el sur para los alemanes, acuerdo establecido en virtud del interés alemán en la zona y la necesidad de los ingleses de defender sus bases en Zanzíbar.
Los italianos, al mando de Francesco Crespi, desde el puerto de Massaua en el mar Rojo se expansionan hacia Eritrea y posteriormente hasta Etiopía. Se le reconoce el derecho sobre Somalia, como compensación.
Los últimos capítulos de la conquista africana se localizan en el Nilo, cuando los franceses, con apoyo ruso exigen la retirada de los ingleses, mientras penetran hacia Chad. En 1895, Inglaterra previene a Francia de un avance al Nilo. Todavía existe una zona sin ocupar, Sudán. Los ingleses la invaden para ayudar a los italianos derrotados en Eritrea. Francia avanza al Sudán desde el oeste, Inglaterra desde el norte y el sur, encontrándose en Fachoda. Entonces Francia se retira y deja el control en forma exclusiva del valle del Nilo a Inglaterra, quien logra un imperio casi continuo desde El Cairo a El Cabo, únicamente interrumpido por el África Oriental Alemana.
África ha sido repartida; Inglaterra ha controlado las zonas más preciadas, el Nilo y el Sur, Francia ha hecho lo mismo con la costa occidental. Portugal ha establecido dos colonias en ambos océanos (Angola y Mozambique), pero no los ha podido unir ya que los ingleses los frenan en Rodhesia, tal como a Francia en Fachoda. Son los cruces entre un imperio que va de norte a sur y otro que va de este a oeste.
África fue repartida, también, entre España, Bélgica, Alemania e Italia.
Al comenzar el siglo XX sólo quedaban dos naciones independientes: la pequeña república de negra
de Liberia, en la costa noroeste, formada por ex esclavos liberados por la guerra de secesión de los Estados Unidos, y el imperio de Abisinia, en el noroeste. Debido a los movimientos de emancipación de los pueblos de África, la división política de este territorio varió fundamentalmente.
Colonialismo en Asia
La historia de Asia en los siglos XIX y XX está marcada por dos acontecimientos fundamentales: la apertura de China y Japón a la vida internacional, y la penetración de Rusia, en el norte, de Inglaterra y Francia en el sur y de China y Japón en el oriente del continente.
El extremo Oriente, donde se aglomeran hormigueros humanos, constituía un excelente mercado y hacia mediados de siglo se hicieron las primeras tentativas para comerciar con sus habitantes. Pero en estos países, donde existía una civilización antigua, el contacto con los europeos produjo resultados muy distintos a los que hasta entonces se habían tenido en los países habitados por salvajes.
Inglaterra, alarmada ante la expansión de Rusia, firmó la Convención de 1907, por la que ambas potencias delimitaron sus respectivas zonas de influencia en Asia Central. La zona del norte del reino de Persia sería de influencia rusa, y la sur, inglesa; la central sería neutral, y ninguno de los dos países podría actuar en ella sin consentimiento del otro. Como consecuencia de la Primera Guerra Mundial, Persia pasó a ser, enteramente, zona de influencia inglesa. El reino de Afganistán también fue zona de influencia inglesa, pues dominaba los pasos que conducían a la India. Inglaterra se comprometió a no anexárselo. En el Tíbet se respetó la soberanía de China y su integridad territorial.
El sudeste de Asia se convirtió en zona de penetración de Inglaterra y Francia. Inglaterra adquirió Birmania y los establecimientos de los estrechos de Malasia, con el puerto de Singapur. Francia en tanto se adueñó de la Indochina francesa, territorios quitados al territorio chino. El reino de Siam quedó en situación análoga al de Persia, por la Convención anglo-francesa de 1896. Su parte oriental fue declarada zona de influencia francesa; la occidental, de influencia inglesa, y la central, neutral.
Así, Inglaterra logró formar una especie de barrera para la India, la más grande de sus posesiones asiáticas.
La historia de Asia en los siglos XIX y XX está marcada por dos acontecimientos fundamentales: la apertura de China y Japón a la vida internacional, y la penetración de Rusia, en el norte, de Inglaterra y Francia en el sur y de China y Japón en el oriente del continente.
El extremo Oriente, donde se aglomeran hormigueros humanos, constituía un excelente mercado y hacia mediados de siglo se hicieron las primeras tentativas para comerciar con sus habitantes. Pero en estos países, donde existía una civilización antigua, el contacto con los europeos produjo resultados muy distintos a los que hasta entonces se habían tenido en los países habitados por salvajes.
Inglaterra, alarmada ante la expansión de Rusia, firmó la Convención de 1907, por la que ambas potencias delimitaron sus respectivas zonas de influencia en Asia Central. La zona del norte del reino de Persia sería de influencia rusa, y la sur, inglesa; la central sería neutral, y ninguno de los dos países podría actuar en ella sin consentimiento del otro. Como consecuencia de la Primera Guerra Mundial, Persia pasó a ser, enteramente, zona de influencia inglesa. El reino de Afganistán también fue zona de influencia inglesa, pues dominaba los pasos que conducían a la India. Inglaterra se comprometió a no anexárselo. En el Tíbet se respetó la soberanía de China y su integridad territorial.
El sudeste de Asia se convirtió en zona de penetración de Inglaterra y Francia. Inglaterra adquirió Birmania y los establecimientos de los estrechos de Malasia, con el puerto de Singapur. Francia en tanto se adueñó de la Indochina francesa, territorios quitados al territorio chino. El reino de Siam quedó en situación análoga al de Persia, por la Convención anglo-francesa de 1896. Su parte oriental fue declarada zona de influencia francesa; la occidental, de influencia inglesa, y la central, neutral.
Así, Inglaterra logró formar una especie de barrera para la India, la más grande de sus posesiones asiáticas.
Colonialismo en Oceanía
En la segundamitad del siglo XVIII se realizó la exploración del océano pacífico, hasta entonces poco conocido. En ella se distinguieron los franceses Bougainville y La Perouse, y, especialmente, el inglés Cook.
Cook, en sus tres viajes realizados entre los años 1768 y 1779, recorrió las regiones del Tahiti, Australia, y Nueva Zelanda; así como también los grupos de islas de la Micronesia y
Polinesia. El viajero inglés murió en un combate con los nativos de las islas Sandwich.
En el siglo XIX, los ingleses se instalaron firmemente en Australia, Tasmania y Nueva Zelanda. Compartieron el dominio de Melanesia, Polinesia y Micronesia con Alemania, Francia y Estados Unidos, firmando, en 1866, una convención de reparto.
En la segundamitad del siglo XVIII se realizó la exploración del océano pacífico, hasta entonces poco conocido. En ella se distinguieron los franceses Bougainville y La Perouse, y, especialmente, el inglés Cook.
Cook, en sus tres viajes realizados entre los años 1768 y 1779, recorrió las regiones del Tahiti, Australia, y Nueva Zelanda; así como también los grupos de islas de la Micronesia y
Polinesia. El viajero inglés murió en un combate con los nativos de las islas Sandwich.
En el siglo XIX, los ingleses se instalaron firmemente en Australia, Tasmania y Nueva Zelanda. Compartieron el dominio de Melanesia, Polinesia y Micronesia con Alemania, Francia y Estados Unidos, firmando, en 1866, una convención de reparto.
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