Antes de hablar sobre cualquier tema conviene definirlo. Si buscamos Fascismo en el diccionario encontraremos seguramente una definición parecida a ésta: Régimen político a semejanza del establecido en Italia entre 1922 y 1945 basado en un gobierno de partido único, exaltación nacionalista, negación de las libertades democráticas y organización corporativa. Nada mejor que comenzar con una definición lo más restrictiva posible pues es éste un término que siempre se ha prestado a un uso abusivo, lo cual hace que una palabra se desvirtúe y pierda muchas de sus connotaciones originales. De este modo se puede decir que existe una cierta moda de calificar como fascistas a nuestros enemigos, no importa lo diversos que éstos sean. Incluso Sadam Husein, en los medios de comunicación adictos al actual gobierno norteamericano y a sus aliados en la invasión y ocupación de Iraq, era el “Hitler de Oriente Medio”. Por cierto, ello es revelador sobre quienes para intentar lograr un cierto consenso popular para una guerra tienen que echar mano de la imaginería de sesenta años atrás. Pero si saco a colación el término Fascismo, y no soy el primero, es para referirnos al comportamiento de una parte de los asistentes a la manifestación convocada en Madrid el pasado 22 de Enero por la Asociación de Víctimas del Terrorismo, y a sus insultos y agresiones al Ministro de Defensa José Bono.Todos estamos de acuerdo que en Europa, entre 1922 y 1975, hubo varias dictaduras a las que cabe calificar como fascistas. Lo que hace peculiar al subtipo español, además de su longevidad, es que ha sido el único que no ha sido derrotado, ni por una revolución ni por un enemigo exterior. Ello provoca que sus elementos más conspicuos, y quienes se sienten sus herederos nunca se han sentido vencidos, ni naturalmente han tenido la necesidad de mostrar el más mínimo arrepentimiento por el pasado. Ésta sería una diferencia fundamental con respecto a los casos alemán o italiano. Además ello va unido a que, quizá, en los últimos años hemos minusvalorado su importancia; y alguna sigue teniendo, a tenor de lo que hemos visto. Por supuesto, sería faltar a la verdad calificar en su conjunto al Partido Popular como fascista, incluso un poco aberrante referirse en estos términos a su actual presidente Mariano Rajoy, sin embargo, ¿Diríamos lo mismo en los casos de Acebes(Por cierto, ¿De qué se reía en la citada concentración?) o Aznar? Otra diferencia notable con los países europeos es que en estos existen partidos de extrema derecha que pueden atraer hasta a un 10% del electorado, si no más algunas veces. En España tras algún intento fallido, no hay ningún grupo homologable con representación institucional, por lo que estos votos van al Partido Popular. Éste debe asumir que además de nutrirse de un electorado conservador democrático, en una proporción variable también lo hace de elementos de extrema derecha, quizá atraídos por su vinculación directa, a través de su anterior denominación “Alianza Popular” con el franquismo.Una de las causas del considerable auge que tuvo el Fascismo en Europa durante los años 30 del pasado siglo fue la crisis económica prolongada que condenó a grandes masas de la población a una existencia miserable. En el surgimiento del Fascismo hay también, a qué negarlo, un ansia de justicia. De ahí los aspectos vagamente socializantes y de una difusa justicia social que tuvo siempre en sus comienzos. Sería como una especie de Socialismo despojado de sus elementos doctrinales más complejos, que toma un atajo peligroso para lograr la sociedad futura: el de buscar chivos expiatorios en los que descargar el odio de la población para que no piense en otras cosas. Hubo múltiples manifestaciones, desde la simple exaltación nacionalista, a criminalizar a un grupo étnico por entero, como sucedió con los judíos. Éste sería, muy simplificado, el ya simple bagaje doctrinal fascista. A pesar de lo mitificado que ha sido, incluso por alguna izquierda, la lectura de los textos de José Antonio Primo de Rivera provoca la sensación de un estudiante de Bachillerato aventajado que no ha digerido bien todas sus lecturas y, eso sí, muy alejado de la realidad. Y si esto era la teoría, la práctica fue bastante peor, de hecho casi todos los movimientos fascistas han acabado siendo poco más que bandas de matones. Incluso en esto el caso español fue peculiar. Hay que reconocer que algunos fascismos europeos intentaron colosales empresas, aunque malignas, una guerra mundial y un exterminio, por poner los ejemplos más señalados. Sin embargo, el fascismo español no pasó nunca de una retórica nacionalista vacía de contenido. Fue, en su realización práctica, un fascismo mediocre (aunque con miles de ejecutados y presos) y chabacano, a imagen de su dictador. Un fascismo de salida de misa de doce, de chocolate con picatostes a media tarde, de “No sabe usted con quién está hablando”, de “Mire usted” (aunque esta muletilla continúa). Y éste es el fascismo que perdura. Éste es el fascismo de esos señores endomingados de mediana edad que se lían a banderazos y a gritos groseros en una concentración. Éste es el fascismo del típico señor que encontramos comprando el ABC y cuyas quejas salivosas tenemos que aguantar. Porque puede que no sean muchos, pero sí que se mueven mucho, y no se caracterizan por su reserva. Y están más organizados de lo que pensamos. Voy a contar una anécdota personal: Mi centro de trabajo está suscrito a “El País”, no por ninguna preferencia ideológica sino, según he averiguado, para que la biblioteca –es un Instituto de Enseñanza Secundaria- se beneficie de alguna promoción de libros. Creo que diariamente se reciben dos ejemplares, que siempre es muy difícil leer por lo solicitados que están. Pues bien, al día siguiente de la comparecencia de José Mª Aznar ante la Comisión del 11-M, por la mañana temprano, en la sala común había un ejemplar del “ABC”, otro de “El Mundo” y un tercero de “La Razón”. Sólo ese día los he visto.Y así llegamos a la concentración convocada por la Asociación de Víctimas del Terrorismo hace unos días. El hecho de tener una causa más o menos noble no da carta blanca para cometer cualquier atropello. Todos sabemos el papel que tuvieron las asociaciones de veteranos alemanes de la Gran Guerra en el surgimiento del nazismo. Y su origen no fue malo: Auxiliar a quienes volvían del frente, en muchos casos heridos o mutilados, y se encontraban sin trabajo y en la miseria. Deberíamos reflexionar sobre estas cosas, no vaya a ser que estemos incubando el huevo del que ha de nacer el monstruo, una vez más. Recuerdo que hace un año, más o menos, en el acto de entrega de los premios Goya del cine español, la citada A.V.T. organizó una algarada a la entrada del mismo para intentar dañar la imagen de una película y de su director que no les gustaba. Y, al fin y al cabo, era una película, a ver la cuál no se obligaba a ir a nadie. Pero ellos sí querían impedir que se pudiera ver. Ahora reclaman la dimisión del Alto Comisionado para las víctimas del terrorismo, Gregorio Peces-Barba, porque no asistió a una concentración convocada por ellos solos, es decir, absolutamente unilateral.
jueves, 22 de abril de 2010
Fascismo Aleman♥
El fascismo alemán, estructurado en torno al Partido Nacional Socialista y el liderazgo de Adolfo Hitler, fue la más racista, cruel y deshumanizada visión del dominio nacional y racial; montada sobre un enfermizo y brutal antisemitismo que condujo al genocidio de más de cinco millones de judíos.
Las ideas del nacionalsocialismo alemán se articularon en torno al discurso febril, demagógico, xenofóbico y revanchista de Hitler. Con algunas pobres y desarticuladas salpicaduras ideológicas se centraba en el dominio de la raza aria superior que debía gobernar y dirigir a toda Europa primero y después al mundo entero; en la concepción de que el pueblo alemán tenía derecho a un espacio vital en el cual realizar sus grandes ambiciones hegemónicas, en el odio de razas, en el revanchismo que no perdonaba las onerosas condiciones que fueron impuestas a Alemania mediante el Tratado de Versalles con el cual se culminó la llamada Primera Guerra Mundial y en plataformas demagógicas que prometían al pueblo alemán altos niveles de vida y la seguridad social y económica que el liberalismo no había podido proporcionarle.
En las actuales condiciones es sobrecogedor advertir un discurso hegemonista muy semejante en la administración Bush, que proclama una guerra sin término de Estados Unidos contra toda la humanidad, bajo el principio de que se está junto al poder de la gran potencia o se alinea en las filas del terrorismo. Odio de raza hacia los pueblos árabes, hacia todos los pueblos del Tercer Mundo, convicción de que pueden ser los árbitros de los destinos de toda la humanidad, son ideas que acercan extraordinariamente el pensamiento de Bush al de Hitler.
El partido fascista de Hitler nació en enero de 1919 de un círculo político surgido en Munich en el cual se agruparon apenas dos o tres decenas de fanáticos seguidores de un periodista llamado Karl Harrer y el ferroviario Antón Drexler. Apenas un año después se incorporó a ese grupo Adolfo Hitler y el partido fue rebautizado como Partido Obrero Democrático Nacional-Socialista Alemán. El programa del Partido fue elaborado en 1920 pero carecía de una plataforma teórica e incluso práctica. Era apenas un conjunto demagógico que alentaba el egoísmo y las peores ambiciones en las capas medias de la población alemana y atizaba el odio de raza, el anticomunismo y la guerra como medio de obtención de la deseada justicia para el pueblo alemán.
Sin embargo, esas plataformas demagógicas permitieron buenas cosechas: en enero de 1920 el partido contaba solo con 64 afiliados y un año después esa cifra se había elevado a 3 000 y en 1922 eran ya 6 000 los afiliados.
La falta de una plataforma sustancial no era casual. Hitler había proclamado que "Hay que acabar en primer lugar con la opinión de que se puede satisfacer a la muchedumbre con deducciones conceptuales del mundo; el conocimiento es una plataforma frágil para las masas. Solo el odio es un sentimiento estable. Es más difícil quebrantar el odio que el conocimiento científico."1
Esa falta de organicidad teórica explica que en otros países europeos el fascismo adquirió matices diferentes. En Rumania, por ejemplo, el fascismo se alió con la Iglesia ortodoxa en vez de con la Iglesia católica romana. En España, el grupo fascista radical Falange Española fue originariamente hostil a la Iglesia católica romana, aunque después, bajo la dirección del dictador Francisco Franco se unió a elementos reaccionarios y pro-católicos. El gobierno autoritario militar de Japón se parecía mucho al de la Alemania nazi. Dirigido por los militares ensalzaba las virtudes guerreras tradicionales y una devoción absoluta al emperador divino. Al igual que sus correligionarios alemanes, los japoneses lanzaron una fanática ofensiva hacia la expansión a través de conquistas militares. En Francia el fascismo estaba dividido en varios movimientos que no siempre se consolidaron. En la década de los 30 surgen diferentes organizaciones fascistas francesas, tales como Jeunesses Patriotes (Juventudes Patrióticas), Solidarité Française (Solidaridad Francesa), Croix de Feu (Cruz de Fuego), Action Française (Acción Francesa) y otras, la mayoría con sede y fuerza en París.
En Gran Bretaña, la Unión de Fascistas Británicos, de Oswald Mosley, disfrutó de un breve apogeo de adhesión desde su formación en 1932 hasta su colapso definitivo en 1936 cuando se prohibieron los uniformes paramilitares, aunque en realidad fue uno de los países en que tuvo menos apoyo público. Del mismo modo, el fascismo belga tuvo su momento de cristalización en la primera mitad de la década de 1930 y se reanimó por poco tiempo bajo la ocupación alemana durante la II Guerra Mundial. En Noruega, el fascismo atrajo a algunos simpatizantes notables como Vidkun Quisling y el premio Nobel de Literatura Knut Hamsun, pero del mismo modo necesitó de la ocupación alemana para disfrutar de algún poder político.
El fascismo tuvo un mayor éxito en el período de entreguerras en los países del este y del sur de Europa. En Austria Engelbert Dollfuss, canciller desde 1932, disolvió la República austriaca y dirigió un régimen semifascista en alianza con Mussolini hasta que fue asesinado en 1934 por militantes nacionalsocialistas que pretendían la unión con la Alemania nazi. El régimen personal que estableció Miklós Horthy en Hungría, en 1920, precedió en realidad a Mussolini en Italia, como la primera dictadura nacionalista de entreguerras, pero Horthy no era totalmente un fascista, como ya antes lo había señalado, y los fascistas húngaros solo consiguieron el poder bajo la ocupación alemana, de 1944 a 1945.
Las ideas del nacionalsocialismo alemán se articularon en torno al discurso febril, demagógico, xenofóbico y revanchista de Hitler. Con algunas pobres y desarticuladas salpicaduras ideológicas se centraba en el dominio de la raza aria superior que debía gobernar y dirigir a toda Europa primero y después al mundo entero; en la concepción de que el pueblo alemán tenía derecho a un espacio vital en el cual realizar sus grandes ambiciones hegemónicas, en el odio de razas, en el revanchismo que no perdonaba las onerosas condiciones que fueron impuestas a Alemania mediante el Tratado de Versalles con el cual se culminó la llamada Primera Guerra Mundial y en plataformas demagógicas que prometían al pueblo alemán altos niveles de vida y la seguridad social y económica que el liberalismo no había podido proporcionarle.
En las actuales condiciones es sobrecogedor advertir un discurso hegemonista muy semejante en la administración Bush, que proclama una guerra sin término de Estados Unidos contra toda la humanidad, bajo el principio de que se está junto al poder de la gran potencia o se alinea en las filas del terrorismo. Odio de raza hacia los pueblos árabes, hacia todos los pueblos del Tercer Mundo, convicción de que pueden ser los árbitros de los destinos de toda la humanidad, son ideas que acercan extraordinariamente el pensamiento de Bush al de Hitler.
El partido fascista de Hitler nació en enero de 1919 de un círculo político surgido en Munich en el cual se agruparon apenas dos o tres decenas de fanáticos seguidores de un periodista llamado Karl Harrer y el ferroviario Antón Drexler. Apenas un año después se incorporó a ese grupo Adolfo Hitler y el partido fue rebautizado como Partido Obrero Democrático Nacional-Socialista Alemán. El programa del Partido fue elaborado en 1920 pero carecía de una plataforma teórica e incluso práctica. Era apenas un conjunto demagógico que alentaba el egoísmo y las peores ambiciones en las capas medias de la población alemana y atizaba el odio de raza, el anticomunismo y la guerra como medio de obtención de la deseada justicia para el pueblo alemán.
Sin embargo, esas plataformas demagógicas permitieron buenas cosechas: en enero de 1920 el partido contaba solo con 64 afiliados y un año después esa cifra se había elevado a 3 000 y en 1922 eran ya 6 000 los afiliados.
La falta de una plataforma sustancial no era casual. Hitler había proclamado que "Hay que acabar en primer lugar con la opinión de que se puede satisfacer a la muchedumbre con deducciones conceptuales del mundo; el conocimiento es una plataforma frágil para las masas. Solo el odio es un sentimiento estable. Es más difícil quebrantar el odio que el conocimiento científico."1
Esa falta de organicidad teórica explica que en otros países europeos el fascismo adquirió matices diferentes. En Rumania, por ejemplo, el fascismo se alió con la Iglesia ortodoxa en vez de con la Iglesia católica romana. En España, el grupo fascista radical Falange Española fue originariamente hostil a la Iglesia católica romana, aunque después, bajo la dirección del dictador Francisco Franco se unió a elementos reaccionarios y pro-católicos. El gobierno autoritario militar de Japón se parecía mucho al de la Alemania nazi. Dirigido por los militares ensalzaba las virtudes guerreras tradicionales y una devoción absoluta al emperador divino. Al igual que sus correligionarios alemanes, los japoneses lanzaron una fanática ofensiva hacia la expansión a través de conquistas militares. En Francia el fascismo estaba dividido en varios movimientos que no siempre se consolidaron. En la década de los 30 surgen diferentes organizaciones fascistas francesas, tales como Jeunesses Patriotes (Juventudes Patrióticas), Solidarité Française (Solidaridad Francesa), Croix de Feu (Cruz de Fuego), Action Française (Acción Francesa) y otras, la mayoría con sede y fuerza en París.
En Gran Bretaña, la Unión de Fascistas Británicos, de Oswald Mosley, disfrutó de un breve apogeo de adhesión desde su formación en 1932 hasta su colapso definitivo en 1936 cuando se prohibieron los uniformes paramilitares, aunque en realidad fue uno de los países en que tuvo menos apoyo público. Del mismo modo, el fascismo belga tuvo su momento de cristalización en la primera mitad de la década de 1930 y se reanimó por poco tiempo bajo la ocupación alemana durante la II Guerra Mundial. En Noruega, el fascismo atrajo a algunos simpatizantes notables como Vidkun Quisling y el premio Nobel de Literatura Knut Hamsun, pero del mismo modo necesitó de la ocupación alemana para disfrutar de algún poder político.
El fascismo tuvo un mayor éxito en el período de entreguerras en los países del este y del sur de Europa. En Austria Engelbert Dollfuss, canciller desde 1932, disolvió la República austriaca y dirigió un régimen semifascista en alianza con Mussolini hasta que fue asesinado en 1934 por militantes nacionalsocialistas que pretendían la unión con la Alemania nazi. El régimen personal que estableció Miklós Horthy en Hungría, en 1920, precedió en realidad a Mussolini en Italia, como la primera dictadura nacionalista de entreguerras, pero Horthy no era totalmente un fascista, como ya antes lo había señalado, y los fascistas húngaros solo consiguieron el poder bajo la ocupación alemana, de 1944 a 1945.
Fascismo en Italia♥
BASES SOCIALES DE LOS REGÍMENES FASCISTAS.
El fascismo recluta a sus seguidores de una gran variedad de grupos; al producirse el inicio del fascismo después de una guerra, el grupo más sensible de la población para "reclutar" fueron los excombatientes, grupos desclasados por la guerra los cuales forman las primeras organizaciones paramilitares de los "jóvenes nacionalistas".
Otros dos sectores que caen en las redes del fascismo son las clases medias empujadas por la amenaza de crisis económicas y las malas condiciones del proletariado, y el sector de los parados.
También tenemos que mencionar a los colectivos que financiaron estos movimientos, el gran capital y los terratenientes que en principio lo hicieron para suavizar la agitación social de partidos socialistas y comunistas.
Pero, aún con el apoyo de todos estos grupos, sin la tolerancia y después colaboración del ejército y la burocracia, estos movimientos difícilmente podrían haber llegado a consolidarse.
RAÍCES DEL FASCISMO ITALIANO: MUSSOLINI Y EL FASCISMO.
El fascismo en Italia se originó tras la primera guerra mundial, ya que los tratados de paz de 1919 no habían concedido a Italia todo lo que esperaba y esta sensación de frustración llevó a la indignación de los nacionalistas. A nivel político Italia vivía una situación de endebleza: entre 1917-1922, cinco gabinetes diferentes; esto ponía de manifiesto la debilidad por parte del gobierno. La población añoraba una estabilidad política; en este contexto aparece Benito Mussolini.
En 1919, Mussolini crea en Milán el embrión de lo que luego será el Plan Nacional Fascista, los fascios de combate. En este pequeño grupo se integran excombatientes, sindicalistas, nacionalistas,... empiezan enseguida a achear: el primado de la acción frente a la palabra. Llevan a cabo acciones significativas, violentas, empiezan a darse a conocer con la fuerza de la acción en vez de con la de la doctrina.
En 1921 se da una crisis y se convocan elecciones; aquel pequeño grupo alcanza un número considerable de diputados; aquellos fascios de combate ya se convierten en el Plan Nacional Fascista. El descontento general viene en ayuda de este partido; Mussolini quiere demostrar la fuerza de su organización (marcha sobre Roma en 1922). El gobierno es tan débil que en lugar de prohibirla, favorece el triunfo de Mussolini; lo llama para que sea primer ministro. Inicia el ascenso imparable del fascismo.
En el primer gobierno fascista se nombran tan solo dos ministros fascistas, se aprovecha para conocer centros de poder y la administración y crear más seguidores. En las elecciones de 1924 (libres, últimas hasta después de la guerra), aquel pequeño grupo va a alcanzar 356 diputados; con este éxito electoral, control del país, empieza a verse el verdadero rostro del fascismo.
MÉTODOS DE GOBIERNO DE LOS SISTEMAS FASCISTAS.
ELIMINACIÓN DEL ADVERSARIO. No admiten mas que un sólo partido, un partido jerarquizado bajo la figura del líder, que se identifica con el Estado; de este partido surgen el aparato burocrático y sus representantes que se extienden por todo el Estado, por ejemplo: Partido Fascista (Italia), Partido Nazi (Alemania), Partido del movimiento (en el caso español, dictadura franquista). En esto coinciden tanto el fascismo como el comunismo.
TERROR INCONDICIONAL. Un terror permanente y continúo, extendido en todos los sectores prácticamente. El terror se implantaba, era necesario por dos razones: eliminar físicamente a los rivales y terror ejemplarizante. Un terror aplicado sin contemplaciones (por ejemplo, las víctimas de la dictadura argentina).
MONOPOLIO PROPAGANDÍSTICO. Instrumento fundamental de los regímenes fascistas; parten de la base que las masas siguen a los impulsos y no a las ideas, a través de ello logran el embrutecimiento de las masas y sabedores de ellas procuran dominar todos los medios de comunicación:
grandes concentraciones en mítines, marchas, encuadramientos del pueblo en instituciones, captaciones desde la niñez para completar su "educación", periódicos sometidos a censura...
RACISMO. Esto ocurre en determinados partidos fascistas, por ejemplo, el fin supremo del estado nazi es la preservación de la pureza racial.
POLÍTICA ECONÓMICA DEL FASCISMO ITALIANO.
El estado totalitario-corporativo italiano, inaugura la política inervencionalista en la economía. A partir de la crisis de 1929, se emprende un programa de autarquía y de relanzamiento de la industria militar. Para conseguir esta autarquía se dan tres fases:
1ª FASE.- (1925-1930). Pretende la reducción de las importaciones, el fortalecimiento de la moneda y el aumento de la producción, por esto el gobierno practica una serie de batallas con el objetivo de alcanzar el prestigio político:
BATALLA DEL TRIGO. Mussolini intentaba lograr el autoabastecimiento del país y evitar la importación para ello trató de aumentar la producción; los campesinos dedicaron todas las tierras de cultivo a este producto incluso las no apropiadas, con lo que se produce el desabastecimiento de otros productos clave.
BATALLA DE LOS NACIMIENTOS. Con esta batalla Italia alcanza 60.000.000 de habitantes, porque, cuantos más nacimientos, más fuerza y por tanto más base para la expansión italiana.
Se crea una legalización promatulista apoyada por la Iglesia. Las leyes legaban hasta el punto de multar por soltería, "un país grande es un país poblado".
REVOLUCIÓN DE LA LIRA. Consistía en revaluar la lira; se intentaba pagar un costo mayor por la elaboración de los productos. Esto conlleva un carácter negativo para las industrias y los trabajadores: implicaciones económicas, aumentando el paro.
LAS GRANDES OBRAS PÚBLICAS. Mussolini dotó a Italia de una gran infraestructura, con modernización de las comunicaciones (autopistas, electrificación de ferrocarriles...) Y una colosal arquitectura urbanística.
2ª.- FASE. (1930-1935). El impacto de la crisis de 1929 fue tan brutal que todos aquellos países carentes de un comercio con el que negociar, se vieron obligados a practicar la autarquía, pero en Italia este sistema ya estaba consolidado desde la etapa anterior. En 1933 se crea el Instituto para la Reconstrucción Industrial (IRI) y se fomenta la concentración industrial.
3ª.- FASE. (1935-1940). En esta fase, se refuerza la autosuficiencia a raíz de las sanciones impuestas a Italia por la invasión de Abisinia (1935-1936) y sobre todo, la industria bélica, que logra reducir una parte de los desempleados.
El fascismo recluta a sus seguidores de una gran variedad de grupos; al producirse el inicio del fascismo después de una guerra, el grupo más sensible de la población para "reclutar" fueron los excombatientes, grupos desclasados por la guerra los cuales forman las primeras organizaciones paramilitares de los "jóvenes nacionalistas".
Otros dos sectores que caen en las redes del fascismo son las clases medias empujadas por la amenaza de crisis económicas y las malas condiciones del proletariado, y el sector de los parados.
También tenemos que mencionar a los colectivos que financiaron estos movimientos, el gran capital y los terratenientes que en principio lo hicieron para suavizar la agitación social de partidos socialistas y comunistas.
Pero, aún con el apoyo de todos estos grupos, sin la tolerancia y después colaboración del ejército y la burocracia, estos movimientos difícilmente podrían haber llegado a consolidarse.
RAÍCES DEL FASCISMO ITALIANO: MUSSOLINI Y EL FASCISMO.
El fascismo en Italia se originó tras la primera guerra mundial, ya que los tratados de paz de 1919 no habían concedido a Italia todo lo que esperaba y esta sensación de frustración llevó a la indignación de los nacionalistas. A nivel político Italia vivía una situación de endebleza: entre 1917-1922, cinco gabinetes diferentes; esto ponía de manifiesto la debilidad por parte del gobierno. La población añoraba una estabilidad política; en este contexto aparece Benito Mussolini.
En 1919, Mussolini crea en Milán el embrión de lo que luego será el Plan Nacional Fascista, los fascios de combate. En este pequeño grupo se integran excombatientes, sindicalistas, nacionalistas,... empiezan enseguida a achear: el primado de la acción frente a la palabra. Llevan a cabo acciones significativas, violentas, empiezan a darse a conocer con la fuerza de la acción en vez de con la de la doctrina.
En 1921 se da una crisis y se convocan elecciones; aquel pequeño grupo alcanza un número considerable de diputados; aquellos fascios de combate ya se convierten en el Plan Nacional Fascista. El descontento general viene en ayuda de este partido; Mussolini quiere demostrar la fuerza de su organización (marcha sobre Roma en 1922). El gobierno es tan débil que en lugar de prohibirla, favorece el triunfo de Mussolini; lo llama para que sea primer ministro. Inicia el ascenso imparable del fascismo.
En el primer gobierno fascista se nombran tan solo dos ministros fascistas, se aprovecha para conocer centros de poder y la administración y crear más seguidores. En las elecciones de 1924 (libres, últimas hasta después de la guerra), aquel pequeño grupo va a alcanzar 356 diputados; con este éxito electoral, control del país, empieza a verse el verdadero rostro del fascismo.
MÉTODOS DE GOBIERNO DE LOS SISTEMAS FASCISTAS.
ELIMINACIÓN DEL ADVERSARIO. No admiten mas que un sólo partido, un partido jerarquizado bajo la figura del líder, que se identifica con el Estado; de este partido surgen el aparato burocrático y sus representantes que se extienden por todo el Estado, por ejemplo: Partido Fascista (Italia), Partido Nazi (Alemania), Partido del movimiento (en el caso español, dictadura franquista). En esto coinciden tanto el fascismo como el comunismo.
TERROR INCONDICIONAL. Un terror permanente y continúo, extendido en todos los sectores prácticamente. El terror se implantaba, era necesario por dos razones: eliminar físicamente a los rivales y terror ejemplarizante. Un terror aplicado sin contemplaciones (por ejemplo, las víctimas de la dictadura argentina).
MONOPOLIO PROPAGANDÍSTICO. Instrumento fundamental de los regímenes fascistas; parten de la base que las masas siguen a los impulsos y no a las ideas, a través de ello logran el embrutecimiento de las masas y sabedores de ellas procuran dominar todos los medios de comunicación:
grandes concentraciones en mítines, marchas, encuadramientos del pueblo en instituciones, captaciones desde la niñez para completar su "educación", periódicos sometidos a censura...
RACISMO. Esto ocurre en determinados partidos fascistas, por ejemplo, el fin supremo del estado nazi es la preservación de la pureza racial.
POLÍTICA ECONÓMICA DEL FASCISMO ITALIANO.
El estado totalitario-corporativo italiano, inaugura la política inervencionalista en la economía. A partir de la crisis de 1929, se emprende un programa de autarquía y de relanzamiento de la industria militar. Para conseguir esta autarquía se dan tres fases:
1ª FASE.- (1925-1930). Pretende la reducción de las importaciones, el fortalecimiento de la moneda y el aumento de la producción, por esto el gobierno practica una serie de batallas con el objetivo de alcanzar el prestigio político:
BATALLA DEL TRIGO. Mussolini intentaba lograr el autoabastecimiento del país y evitar la importación para ello trató de aumentar la producción; los campesinos dedicaron todas las tierras de cultivo a este producto incluso las no apropiadas, con lo que se produce el desabastecimiento de otros productos clave.
BATALLA DE LOS NACIMIENTOS. Con esta batalla Italia alcanza 60.000.000 de habitantes, porque, cuantos más nacimientos, más fuerza y por tanto más base para la expansión italiana.
Se crea una legalización promatulista apoyada por la Iglesia. Las leyes legaban hasta el punto de multar por soltería, "un país grande es un país poblado".
REVOLUCIÓN DE LA LIRA. Consistía en revaluar la lira; se intentaba pagar un costo mayor por la elaboración de los productos. Esto conlleva un carácter negativo para las industrias y los trabajadores: implicaciones económicas, aumentando el paro.
LAS GRANDES OBRAS PÚBLICAS. Mussolini dotó a Italia de una gran infraestructura, con modernización de las comunicaciones (autopistas, electrificación de ferrocarriles...) Y una colosal arquitectura urbanística.
2ª.- FASE. (1930-1935). El impacto de la crisis de 1929 fue tan brutal que todos aquellos países carentes de un comercio con el que negociar, se vieron obligados a practicar la autarquía, pero en Italia este sistema ya estaba consolidado desde la etapa anterior. En 1933 se crea el Instituto para la Reconstrucción Industrial (IRI) y se fomenta la concentración industrial.
3ª.- FASE. (1935-1940). En esta fase, se refuerza la autosuficiencia a raíz de las sanciones impuestas a Italia por la invasión de Abisinia (1935-1936) y sobre todo, la industria bélica, que logra reducir una parte de los desempleados.
miércoles, 21 de abril de 2010
Surgimiento de la unión sovietica♥
Período del N.E.P. (Nueva política económica), 1921-1927
El ejército Rojo se impone definitivamente, fin a la Guerra Civil (1921). La revolución, lejos del pensamiento de marxista no se extiende a otros países, sino que además se enfrenta al acoso de las fuerzas antibolcheviques tanto en el interior como en el exterior.
Tras el fracaso (económico y social) del “comunismo de guerra”, la mala cosecha de 1920 (hambre, desabastecimiento, mortandad alta) el régimen sufre una erosión social. Conduce al NEP: Retorno a formas de capitalismo controlado (“capitalismo de Estado”), hacia un sistema político monolítico. Establecimiento de la URSS (Diciembre 1922). Creciente influencia de Stalin desde su puesto de Secretario General del Partido y anulación progresiva del resto de líderes (Trotski, Zinoviev, Bujarin, Rikov, Tomsky). Reforzamiento del poder central en la Constitución “federal” de 1924. El Partido ejerce el poder efectivo en todos los ámbitos. Relativa libertad en el terreno cultural y artístico.
Consecuencias: Éxito económico, recuperación de la producción. Nacimiento de una nueva clase de hombres de negocios prósperos (nepmen) y de una campesinado rico (Kulaks).
Conflicto en la cúpula del régimen por la sucesión de Lenin (muerto en 1924). Derrota de Trotski (defensor de una revolución permanente) por Stalin (socialismo en un solo país).
La “revolución desde arriba” de Stalin (1928-1945)
- Economía y sociedad: Planificación y control directo del estado (planes quinquenales)
Nacionalización de la industria. Industrialización acelerada: industria pesada frente a la de bienes de consumo. Colectivización forzosa del campo. La URSS entra de lleno en la era industrial pero el coste social es enorme (deportaciones, detenciones). Violenta y profunda transformación social: nueva estructura, basada en una amplia movilidad pero con ausencia de igualitarismo (preeminencia del rango, el “status” y la jerarquía)
- Política interior: Concentración de poder por Stalin. La Constitución de 1936 otorga más poder al Partido Comunista, eje de la vida pública. Esfuerzos de rusificación, Grandes purgas represivas (1935-1939), absoluto control sobre el arte y la cultura.
- Política exterior: 1° normalización con el exterior (Tratados de Rapallo con la Alemania de Weimar, 1922) reconocimiento diplomático del régimen por las potencias. Después política de aislamiento (1928-1934). Ante la aparición de fuerzas exteriores amenazantes, se busca una pragmática política de alianzas (Litinov, ministro de asuntos exteriores, adhesión a la Sociedad de Naciones y pacto con Francia, 1935). Fomento del comunismo hacia el exterior para luchar contra el fascismo: Frente Popular (Gobiernos en Francia y en España). En 1939, ante el expansionismo alemán y la conciencia de que la URSS no está preparada militarmente, se produce el pacto de no agresión entre los dos países (23-Agosto-1939, von Ribentrop y Molotov) con la subsiguiente incorporación de Polonia y territorios en el Báltico. Tras la invasión alemana de Rusia en 1941, la URSS entra en guera.
Conclusiones: debate entre si la dictadura estalinista era una desviación, una traición de la Revolución de Octubre o una evolución lógica del proceso iniciado en 1917. Paradójicamente una revolución gestada para acabar con la autocracia zarista desemboca en otra autocracia.
- Economía y sociedad: Planificación y control directo del estado (planes quinquenales)
Nacionalización de la industria. Industrialización acelerada: industria pesada frente a la de bienes de consumo. Colectivización forzosa del campo. La URSS entra de lleno en la era industrial pero el coste social es enorme (deportaciones, detenciones). Violenta y profunda transformación social: nueva estructura, basada en una amplia movilidad pero con ausencia de igualitarismo (preeminencia del rango, el “status” y la jerarquía)
- Política interior: Concentración de poder por Stalin. La Constitución de 1936 otorga más poder al Partido Comunista, eje de la vida pública. Esfuerzos de rusificación, Grandes purgas represivas (1935-1939), absoluto control sobre el arte y la cultura.
- Política exterior: 1° normalización con el exterior (Tratados de Rapallo con la Alemania de Weimar, 1922) reconocimiento diplomático del régimen por las potencias. Después política de aislamiento (1928-1934). Ante la aparición de fuerzas exteriores amenazantes, se busca una pragmática política de alianzas (Litinov, ministro de asuntos exteriores, adhesión a la Sociedad de Naciones y pacto con Francia, 1935). Fomento del comunismo hacia el exterior para luchar contra el fascismo: Frente Popular (Gobiernos en Francia y en España). En 1939, ante el expansionismo alemán y la conciencia de que la URSS no está preparada militarmente, se produce el pacto de no agresión entre los dos países (23-Agosto-1939, von Ribentrop y Molotov) con la subsiguiente incorporación de Polonia y territorios en el Báltico. Tras la invasión alemana de Rusia en 1941, la URSS entra en guera.
Conclusiones: debate entre si la dictadura estalinista era una desviación, una traición de la Revolución de Octubre o una evolución lógica del proceso iniciado en 1917. Paradójicamente una revolución gestada para acabar con la autocracia zarista desemboca en otra autocracia.
Europa a partir de 1919♥
Liga de las Naciones:
origen La iniciativa impulsada por los EE.UU. se materializa en ocasion de la Conferencia de Paz internacional de enero de este año. En esencia recoge la propuesta esbozada un año antes por el presidente de EE.UU. Woodrow Wilson acerca de la necesidad de garantizar en el futuro la independencia politica y la integridad territorial de los estados. El convenio cuenta con el compromiso de 42 paises destacandose entre ellos las potencias aliadas vencedoras de la Primera Guerra Mundial y numerosos paises latinoamericanos. Las estipulaciones de este convenio estan incluidas en el Tratado de Versalles que se firma en junio de este mismo año.
Tratado de Versalles:
desarme alemánTras la finalización de la Primera Guerra Mundial las potencias aliadas imponen a los vencidos el Tratado de Versalles el cual produce importantes transformaciones en Europa ; firmado en el 28 de junio el mismo obliga a Alemania al desarme militar casi total, al pago de gravosas reparaciones de guerra, la entrega de territorios a Polonia y la admisión de fuerzas de ocupación entre otras disposiciones.
Masacre de Amristar
En la IndiaEn la India el ejército británico lleva a cabo una sangrienta represión en Amristar, el suceso consolidara aun mas la determinacion hindu de conquistar su libertad. Pocos mas de dos décadas mas tarde Inglaterra habra debido de otorgarle su independencia y al mismo tiempo habra perdido definitivamente su condicion de imperio.
Inicio de la Ley Seca en EE.UU.
En EE.UU. entra en vigor la 18a.enmienda de la Constitución a partir del de la iniciativa del congresista Andrew Volstead por la cual son prohibidas las bebidas alcohólicas, bajo la llamada Ley Seca, la medida que se prolongará hasta 1933 tendrá como efecto un espectacular auge de los grupos mafiosos ligados al comercio clandestino del licor, lo cual motivará numerosas polémicas mientras se extiende la corrupción entre quienes deben combatirlos.
El físico alemán Max Planck recibe el Premio Nobel de Física en reconocimiento a los méritos contraídos por la formulación de la teoría de los cuantos.
El físico alemán Max Planck recibe el Premio Nobel de Física en reconocimiento a los méritos contraídos por la formulación de la teoría de los cuantos.
EE.UU. y el primer cruce aéreo transatlántico
Durante este año la armada de los EE.UU. se prepara para intentar un gesta aérea de envergadura, el primer vuelo transatlantico hacia Europa. La travesía con tres Curtiss de la 1ra. División de Hidroaviones de la armada se inicia con una primera etapa que une Nueva York con en Halifax, Nueva Escocia, el 8 de mayo.
Las naves NC-1, NC-3 y NC4 son comandadas respectivamente por el tenientes comandante P.N.L. Bellinger, comandante John H. Towers y teniente comandante A.C. Read. El recorrido es planeadovia Halifax (Nueva Escocia) con escalas en Trepassey (Terranova), Horta (Azores) y con destino final en Portugal. El recorrido del tramo Terranova-Azores se inicia el dia 16 logrando mantener contacto radial en vuelo con buques de apoyo desde una distancia superior a los 2.200 kilómetros. Solo el hidroavión NC-4 logra arribar con éxito a Lisboa, 19 días mas tarde luego de completar las escalas previstas, que incluyeron un escala de diez días en Azores previo a encarar la última etapa del vuelo hacia Portugal, consumando la hazaña.
Revolución rusa♥
Durante los primeros años del siglo XX, Rusia vivió una serie de dificultades económicas que empujaron al Estado a una lucha por el control del Pacífico, posible solución para colocar los productos y pagar créditos que habían sido solicitados a franceses y belgas, por ejemplo, para el fomento de la industrialización. Japón trató de evitar la expansión de los rusos en su zona de influencia, y estalló la Guerra Ruso-japonesa que demostró, una vez más, la incapacidad rusa; el país cayó en una crisis profunda, ya que no pudo soportar los enormes gastos sin la recompensa del triunfo. La población sufrió, además de desilusión, penuria y sobre todo hambre. En estas circunstancias, los partidos opositores al zar organizaron una revolución, que no triunfó pero que ensayó modelos de actuación para el futuro.
Las tropas del zar pudieron someter a los revolucionarios que se habían organizado en comités de obreros y soldados en las grandes ciudades, que se denominaron Soviets, y que serían un sistema de organización de gran trascendencia años más tarde. Por otro lado, el zar no tuvo más remedio que demostrar su voluntad reformadora creando una Asamblea consultiva, la Duma, en la que los políticos pusieron sus esperanzas de que se terminara estableciendo una Constitución.
En 1914 estalló la guerra mundial y Rusia desde el principio participó junto a británicos y franceses. Su papel, desde el comienzo, fue desdichado, por lo que se comenzaron a verter críticas a la labor rusa, que se sumaron a las manifestaciones por la carestía de productos de primera necesidad y las continuas levas.
En 1914 estalló la guerra mundial y Rusia desde el principio participó junto a británicos y franceses. Su papel, desde el comienzo, fue desdichado, por lo que se comenzaron a verter críticas a la labor rusa, que se sumaron a las manifestaciones por la carestía de productos de primera necesidad y las continuas levas.
La Revolución de Febrero
Previamente al estallido revolucionario, el zar había disuelto la Duma, pero en febrero de 1917, los soviets y la prensa empujaron al pueblo a la toma del Palacio de Invierno, residencia del zar, con el apoyo de parte del ejército. El zar Nicolás II tomó la decisión de abdicar en el príncipe Lvov, que comenzó a gobernar con representantes de la Duma. Se abría una fase moderada de la revolución. En esta etapa, gobernó Lvov, pero poco después fue sustituido por Kerenski, que formó un gobierno provisional en el que tomaron parte moderados y mencheviques, y quedaron excluidos los radicales y los bolcheviques. Las decisiones más importantes de este momento fueron la de seguir los pactos establecidos con Francia e Inglaterra, por lo que Rusia continuaba con sus compromisos en la Guerra Mundial; asimismo, comenzaron las reuniones para la formación de una asamblea constituyente, es decir, se planteaba la redacción de una Constitución, pero esta labor quedó condicionada por la guerra.
Los problemas se fueron sucediendo, sobre todo porque existía un gobierno paralelo, los soviets, controlados por los comités de obreros y soldados, que no reconocía las leyes del gobierno provisional como legítimas. Los soviets pidieron la solución de los problemas de los campesinos y fomentaron la ocupación de las tierras, a la vez que exigieron a los empresarios mejoras laborales.
Es en este momento cuando Lenin escribió las Tesis de abril en las que apoya una fase nueva para la revolución, que se resume en "Paz, tierra y todo el poder a los soviets".
Las condiciones del gobierno de Kerenski cada vez eran más delicadas, puesto que los militares zaristas trataron de recuperar el poder. En este contexto se produjo el golpe de estado del general Kornilov, abortado por el gobierno, pero que tuvo una consecuencia gravísima, puesto que los bolcheviques a partir de entonces controlaron totalmente los soviets
Previamente al estallido revolucionario, el zar había disuelto la Duma, pero en febrero de 1917, los soviets y la prensa empujaron al pueblo a la toma del Palacio de Invierno, residencia del zar, con el apoyo de parte del ejército. El zar Nicolás II tomó la decisión de abdicar en el príncipe Lvov, que comenzó a gobernar con representantes de la Duma. Se abría una fase moderada de la revolución. En esta etapa, gobernó Lvov, pero poco después fue sustituido por Kerenski, que formó un gobierno provisional en el que tomaron parte moderados y mencheviques, y quedaron excluidos los radicales y los bolcheviques. Las decisiones más importantes de este momento fueron la de seguir los pactos establecidos con Francia e Inglaterra, por lo que Rusia continuaba con sus compromisos en la Guerra Mundial; asimismo, comenzaron las reuniones para la formación de una asamblea constituyente, es decir, se planteaba la redacción de una Constitución, pero esta labor quedó condicionada por la guerra.
Los problemas se fueron sucediendo, sobre todo porque existía un gobierno paralelo, los soviets, controlados por los comités de obreros y soldados, que no reconocía las leyes del gobierno provisional como legítimas. Los soviets pidieron la solución de los problemas de los campesinos y fomentaron la ocupación de las tierras, a la vez que exigieron a los empresarios mejoras laborales.
Es en este momento cuando Lenin escribió las Tesis de abril en las que apoya una fase nueva para la revolución, que se resume en "Paz, tierra y todo el poder a los soviets".
Las condiciones del gobierno de Kerenski cada vez eran más delicadas, puesto que los militares zaristas trataron de recuperar el poder. En este contexto se produjo el golpe de estado del general Kornilov, abortado por el gobierno, pero que tuvo una consecuencia gravísima, puesto que los bolcheviques a partir de entonces controlaron totalmente los soviets
La Revolución de Octubre
En octubre se reunieron los bolcheviques en un congreso, en el que se preparó la definitiva revolución. Los bolcheviques, dirigidos por Lenin, Trotski y Stalin, tomaron el Palacio de Invierno y destituyeron al gobierno provisional. Se estableció un Gobierno de Comisarios del Pueblo, dirigido por Lenin, que gobernó sobre los diferentes soviets. Trotski, jefe del soviet de Petrogrado (San Petersburgo), ocupó el puesto de Ministro de Asuntos Exteriores. Desde este puesto estableció las negociaciones con Alemania para lograr la paz.
Las primeras medidas del nuevo gobierno se resumían en la necesidad de lograr la paz, que fue negociada y firmada en Brest-Litovs. Rusia, según este documento, abandonaba la guerra y cedía parte de su territorio, ya que consideraba prioritario salvar la revolución antes que preservar la integridad territorial. Otras medidas del nuevo gobierno fueron la firma de decretos sobre la tierra que pusieron fin a la gran propiedad; las fábricas fueron controladas por los obreros; se nacionalizaron los bancos, y se organizaron elecciones para elegir una asamblea constituyente.
Las elecciones que se celebraron fueron un fracaso para los bolcheviques, por lo que éstos decidieron anularlas y redactar el propio gobierno una constitución: La Constitución de 1918. Por ella se establecía la separación del poder ejecutivo y el legislativo, a través de los siguientes órganos: Congreso de los Soviets, Comité Central o Soviet Supremo y Presidium o comisarios del pueblo. Tras la aprobación de la Constitución se iniciaba una etapa conocida como Comunismo de Guerra, puesto que se vivía una guerra civil que no terminó hasta 1921, ya que los opositores contaron con el apoyo de las tropas de los países occidentales. Fue en esta época cuando se creó el Ejército Rojo, institución defensora de la Revolución organizada por Trotski.
En octubre se reunieron los bolcheviques en un congreso, en el que se preparó la definitiva revolución. Los bolcheviques, dirigidos por Lenin, Trotski y Stalin, tomaron el Palacio de Invierno y destituyeron al gobierno provisional. Se estableció un Gobierno de Comisarios del Pueblo, dirigido por Lenin, que gobernó sobre los diferentes soviets. Trotski, jefe del soviet de Petrogrado (San Petersburgo), ocupó el puesto de Ministro de Asuntos Exteriores. Desde este puesto estableció las negociaciones con Alemania para lograr la paz.
Las primeras medidas del nuevo gobierno se resumían en la necesidad de lograr la paz, que fue negociada y firmada en Brest-Litovs. Rusia, según este documento, abandonaba la guerra y cedía parte de su territorio, ya que consideraba prioritario salvar la revolución antes que preservar la integridad territorial. Otras medidas del nuevo gobierno fueron la firma de decretos sobre la tierra que pusieron fin a la gran propiedad; las fábricas fueron controladas por los obreros; se nacionalizaron los bancos, y se organizaron elecciones para elegir una asamblea constituyente.
Las elecciones que se celebraron fueron un fracaso para los bolcheviques, por lo que éstos decidieron anularlas y redactar el propio gobierno una constitución: La Constitución de 1918. Por ella se establecía la separación del poder ejecutivo y el legislativo, a través de los siguientes órganos: Congreso de los Soviets, Comité Central o Soviet Supremo y Presidium o comisarios del pueblo. Tras la aprobación de la Constitución se iniciaba una etapa conocida como Comunismo de Guerra, puesto que se vivía una guerra civil que no terminó hasta 1921, ya que los opositores contaron con el apoyo de las tropas de los países occidentales. Fue en esta época cuando se creó el Ejército Rojo, institución defensora de la Revolución organizada por Trotski.
Revolución mexicana♥
En el largo periodo que el general Porfirio Díaz ocupó la Presidencia de la República se hicieron más evidentes y cruentas las abismales diferencias en riqueza, educación y bienestar entre la inmensa mayoría del pueblo y el reducido grupo que, al amparo del poder del gobierno porfirista, gozaba prácticamente de todos los privilegios, a costa de condenar a la miseria a esa mayoría ya harta de su pobreza e ignorancia.
Aunque la miseria corroía los cimientos de la sociedad mexicana, finalmente no afloraba de manera abierta debido a la ancestral sumisión y al control que las poderosas fuerzas locales mantenían sobre un pueblo hundido en la ignorancia.
Pero la falta de libertades políticas, que se traducía en la escasa posibilidad para las clases medias emergentes de ascender socialmente y tener acceso a los puestos de mando y la riqueza, fue abriendo paso a los reclamos y exigencias de éstas, hasta llegar al estallido de la violencia armada.
Precisamente fueron esas clases ilustradas, que contaban con la preparación y el conocimiento de la situación real del país, quienes plantearon la necesidad y después la exigencia de que se abrieran los cauces para tener la oportunidad de ocupar los puestos que ya de antiguo se encontraban en las mismas manos, ahora cansadas y viejas, de los beneficiarios de la paz porfiriana.
Aunque la miseria corroía los cimientos de la sociedad mexicana, finalmente no afloraba de manera abierta debido a la ancestral sumisión y al control que las poderosas fuerzas locales mantenían sobre un pueblo hundido en la ignorancia.
Pero la falta de libertades políticas, que se traducía en la escasa posibilidad para las clases medias emergentes de ascender socialmente y tener acceso a los puestos de mando y la riqueza, fue abriendo paso a los reclamos y exigencias de éstas, hasta llegar al estallido de la violencia armada.
Precisamente fueron esas clases ilustradas, que contaban con la preparación y el conocimiento de la situación real del país, quienes plantearon la necesidad y después la exigencia de que se abrieran los cauces para tener la oportunidad de ocupar los puestos que ya de antiguo se encontraban en las mismas manos, ahora cansadas y viejas, de los beneficiarios de la paz porfiriana.
raíz de que el propio general Porfirio Díaz expresara –en una famosa entrevista que le hiciera en 1908 el periodista norteamericano James Creelman- que México ya se encontraba preparado para la democracia, se comenzaron a formar clubes y partidos políticos con la esperanza de poder participar en la ya próxima contienda electoral, que imaginaron libre y abierta, y que tendría lugar en 1910.
Ante esa situación, había quienes consideraban que se debía actuar con prudencia y que, antes de que se diera un cambio total y radical en los altos puestos políticos, debería mantenerse como presidente al general Porfirio Díaz y cambiar únicamente al vicepresidente, quien debería aprender a gobernar, para que cuando faltara Díaz los cambios se dieran sin sobresaltos ni riesgos y el pueblo mexicano comenzara a gozar de una auténtica vida democrática.
Pero la idea del propio general Porfirio Díaz no coincidía con la de aquellos que habían creído en sus palabras, como Francisco I. Madero, quien se había dado a la tarea de recorrer el país promoviendo su candidatura a la presidencia, mediante la constitución del Partido Antirreeleccionista.
En junio de 1910 se llevaron a cabo unas elecciones nada democráticas. Madero había sido encarcelado previamente y Díaz resultó electo presidente para un nuevo periodo, el séptimo, ahora de seis años, acompañado de Ramón Corral como vicepresidente.
Como resultado, Madero proclamó el Plan de San Luis, en el que hizo un llamado a las armas, como parte de su denuncia contra unas elecciones fraudulentas. La revuelta debía estallar el 20 de noviembre y, ante este llamado, en muchas partes del país se levantaron grupos armados contra el gobierno porfirista.
Ante esa situación, había quienes consideraban que se debía actuar con prudencia y que, antes de que se diera un cambio total y radical en los altos puestos políticos, debería mantenerse como presidente al general Porfirio Díaz y cambiar únicamente al vicepresidente, quien debería aprender a gobernar, para que cuando faltara Díaz los cambios se dieran sin sobresaltos ni riesgos y el pueblo mexicano comenzara a gozar de una auténtica vida democrática.
Pero la idea del propio general Porfirio Díaz no coincidía con la de aquellos que habían creído en sus palabras, como Francisco I. Madero, quien se había dado a la tarea de recorrer el país promoviendo su candidatura a la presidencia, mediante la constitución del Partido Antirreeleccionista.
En junio de 1910 se llevaron a cabo unas elecciones nada democráticas. Madero había sido encarcelado previamente y Díaz resultó electo presidente para un nuevo periodo, el séptimo, ahora de seis años, acompañado de Ramón Corral como vicepresidente.
Como resultado, Madero proclamó el Plan de San Luis, en el que hizo un llamado a las armas, como parte de su denuncia contra unas elecciones fraudulentas. La revuelta debía estallar el 20 de noviembre y, ante este llamado, en muchas partes del país se levantaron grupos armados contra el gobierno porfirista.
Los hermanos Serdán, en la ciudad de Puebla, se encontrarían entre las primeras víctimas de la represión de las fuerzas federales, cuyos esfuerzos finalmente resultaron ineficaces para detener el movimiento revolucionario, al que se adhirieron personajes como Pascual Orozco y Francisco Villa, entre otros.
La revolución maderista se fue extendiendo por gran parte del país, teniendo al Norte como escenario de importantes triunfos, con lo que el ejercito porfirista, a pesar de que en el fondo permaneció casi intacto, fue derrotado.
Así, el general Porfirio Díaz se vio obligado a presentar su renuncia a la presidencia y tomar el camino del exilio, mediante la firma del Tratado de Ciudad Juárez, el 21 de mayo de 1911.
De esta manera, se puso punto final a una época de casi 34 años del ejercicio del poder unipersonal, para abrir paso, no sin dificultades y contradicciones, a otra etapa de la historia mexicana, en la que se trataría de hacer efectivo el lema maderista de "sufragio efectivo, no reelección".
Por lo pronto, como consecuencia del triunfo de la revolución maderista y la firma del Tratado de Ciudad Juárez, Francisco León de la Barra –quien fungía como ministro de Relaciones Exteriores-, asumió interinamente la Presidencia de la República, a fin de convocar a nuevas elecciones, en las que Francisco I. Madero resultaría investido presidente.
Desde el mismo momento en que triunfa la revolución convocada por Madero, se comienzan a generar problemas al interior del grupo revolucionario, lo que aunado a omisiones, errores y promesas no cumplidas, darían por resultado que la revolución no lograra avanzar y profundizar como deseaban sus iniciadores
Este periodo revolucionario culminó inclusive con el asesinato de su principal promotor, Francisco I. Madero, a quien se ha dado en llamar, con justicia, el "mártir de la democracia".
La revolución maderista se fue extendiendo por gran parte del país, teniendo al Norte como escenario de importantes triunfos, con lo que el ejercito porfirista, a pesar de que en el fondo permaneció casi intacto, fue derrotado.
Así, el general Porfirio Díaz se vio obligado a presentar su renuncia a la presidencia y tomar el camino del exilio, mediante la firma del Tratado de Ciudad Juárez, el 21 de mayo de 1911.
De esta manera, se puso punto final a una época de casi 34 años del ejercicio del poder unipersonal, para abrir paso, no sin dificultades y contradicciones, a otra etapa de la historia mexicana, en la que se trataría de hacer efectivo el lema maderista de "sufragio efectivo, no reelección".
Por lo pronto, como consecuencia del triunfo de la revolución maderista y la firma del Tratado de Ciudad Juárez, Francisco León de la Barra –quien fungía como ministro de Relaciones Exteriores-, asumió interinamente la Presidencia de la República, a fin de convocar a nuevas elecciones, en las que Francisco I. Madero resultaría investido presidente.
Desde el mismo momento en que triunfa la revolución convocada por Madero, se comienzan a generar problemas al interior del grupo revolucionario, lo que aunado a omisiones, errores y promesas no cumplidas, darían por resultado que la revolución no lograra avanzar y profundizar como deseaban sus iniciadores
Este periodo revolucionario culminó inclusive con el asesinato de su principal promotor, Francisco I. Madero, a quien se ha dado en llamar, con justicia, el "mártir de la democracia".
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